Los Pedrajas de Isaías y Túlio Vázquez

Un sueño cumplido. El pasado 6 de Mayo de 2017, visité una casa de las emblemáticas del campo bravo. Una ganadería con un sello muy personal, con un tipo muy marcado. En definitiva, una gran ganadería. La de Isaías y Túlio Vázquez.

Después de varios años con mi Blog hierroydivisa, he podido conocer ésta ganadería y, la sensación al pisar sus campos, fue totalmente indescriptible. En cada rincón se respira historia y tradición. Amor a un encaste… A Pedrajas.

La dehesa Los Guaperales, tras una primavera irregular de lluvias, luce esplendorosa. La jornada acompaña. Las vacas lucen gordas y lustrosas. El brillo de su piel denota un impecable aspecto sanitario. Sobre 90 vacas de vientre, pastan tranquilas en el amplio cerrado, acompañadas por el semental Saltavallas-4 con el hierro de Yerbabuena. un buen número de añojos y erales pastan a sus anchas en sus respectivos en sus amplios cerrados. El futuro está asegurado. Pero, para llegar aquí, muchos han sido los avatares por las que ha pasado ésta ganadería.

Después de décadas con un brillante historial, vinieron años de bajón. El poco juego de los toros, problemas sanitarios y, por consiguiente, pérdida de muchas vacas de vientre, ésta histórica ganadería se vio seriamente amenazada.

Pero gracias al tesón de Isaías Vázquez Quintanilla y su familia, con un grandísimo esfuerzo, una afición desmedida y por pasión por el encaste Pedrajas, podemos decir que, a día de hoy, ésta ganadería tiene futuro.

Tras superar graves problemas sanitarios y, para no perder su origen Pedrajas, se agregaron a la ganadería, cuatro sementales de Yerbabuena. Por supuesto, de la rama Pedrajas. Éste refresco ha ido muy bien y se han obtenido grandes resultados.

Ahora solo queda refrendar éstos resultados en las plazas. Para ésta temporada 2017, aguarda en la dehesa Los Guaperales, un novillada picada, de serías y armónicas hechuras. Con los rasgos clásicos de la casa, como las arrugas en la cara y pitones acapachados. Ocho utreros que pueden poner en camino de la recuperación a ésta emblemática ganadería.

Sin duda ninguna, debemos quitarnos el sombreros ante ganaderos que luchan con todas sus fuerzas para mantener el legado de su familia conservando y potenciado encastes en serio peligro de desaparición. Esfuerzo personal, familiar y económico, nunca, o pocas veces reconocido, pero que evidencian una fé tremenda en los animales que llevan entre manos.

Desde aquí, apoyo eso esfuerzo, confiando en que les den oportunidades para poder lidiar éstos Pedrajas que, seguro, traerán grandes alegrías a Isaías y familia. Y nos traerán muchas alegrías a los aficionados al verlos embestir en las plazas.

Nunca me cansaré de decirlo. Una de las riquezas más importantes que posee el mundo del toro, es su variedad de encastes. Y, por consiguiente, su variedad de hechuras y de comportamientos. Le deseo a ésta familia la mayor de las suertes. El futuro se promete esperanzador…

 

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